Críticos de cine y orientación al cliente

Leyendo el artículo "Cierra Infotronics", que ha escrito Consultor Anónimo en EBS me he puesto a pensar en la esca orientación al cliente de los críticos de cine (y, básicamente, todos los demás).

La gente, cuando lee una crítica de una película, quiere que le aporte información sobre si le gustará ir a verla o no. La mayoría de las personas no son expertos en el séptimo arte, de hecho, por las cuotas de pantalla, casi todos distamos bastante de los gustos de un crítico. Entoces ¿de qué nos vale la opinión de una persona (sea realmente o no experta en la materia) que no se parece en nada a nosotros?

Cuando quiero saber qué tal es una peli, se lo pregunto a un amigo, o miro algo por Internet. Las críticas de los periódicos y revistas no me sirven para nada. De hecho muchos de estos críticos son directores frustrados con criterios de valoración personales que no les han proporcionado ningun éxito comercial ni artístico... que no están reñidos, porque los Beatles hacían arte y los escuchaban muchas personas, Beethoven también, y Dalí... y muchos otros.

¿No sería mejor que las críticas de los periódicos las hicieran las personas que van a ver la película? En vez de pagar a un crítico, que estaría mejor trabajando en una publicación del sector (si le dejan), se podrían regalar entradas para aquellas personas, que al salir del cine, escribiesen una valoración de la película y la enviasen por e-mail (por ejemplo).

De hecho, en The Ten Face for Innovation comentaban el caso de una compañía norteamericana que se dedicaba a pedirle la opinión a los clientes de restaurantes, pasarlas por las hábiles manos de un editor (para estandarizar) y ofrecerlas a sus clientes. Así se conseguían valoraciones mucho más certeras que las que podía hacer un crítico gastronómico que, una vez avisado el restaurante, iba a ser tratado como un rey en comparación con los demás clientes.


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