lunes, noviembre 28, 2005

Hasta lo más complejo puede parecer sencillo. ¿Sí o No?

Ya hablé sobre lo importante que resulta la sencillez en la comunicación, y es que a la hora de trasladar una idea a una persona o a una audiencia, cuanto más enrevesado, peor, siendo ese follón incomprensible un síntoma de que no se tienen claras las cosas. Las personas que tienen claro lo que están contando, siempre saben pasar el test del ascensor.

Pero para que algo tenga valor, no sólo debe ser sencillo (decir que la Tierra gira alrededor del Sol, hoy en día, tiene poco valor). Así que cuanto más trabajo haya por detrás de una afirmación, más valor tendrá.

Esta idea es fácilmente trasladable al mundo de la tecnología, con dos claros ejemplos: iPod y Google. Ambos tienen mucha ingeniería y complejidad tecnológica por debajo (Google mucha más, evidentemente), pero son extremadamente sencillos de utilizar. ¿Por qué?... pues porque tienen un guardían de sus puertas.

En Google es Marissa Mayer la gatekeeper, es decir, la responsable de la página de entrada a Google, tan famosa por su sencillez, y basada en estudios que dicen que un usuario sólo puede recordar de 7 de 10 servicios de sus competidores, así que ellos lo han dejado en 6. Os podéis imaginar la brasa que le dará la gente de nuevos servicios para aparecer en tan ansiada lista, aunque sólo los que demuestran su potencial lo consiguen (como la búsqueda de imágenes, que pasó de 700k a 2.000k páginas vistas al día en dos semanas).

En este artículo de FC, propone una interesante afirmación:

If the equation T (technology) + E (ease of use) = $ can be proven, the time may be right for the voice of the technologically challenged who can't operate their remotes to be heard.

De hecho, las decisiones más complicadas de la vida se comunican con un monosílabo: "Sí" o "No".

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2 comentarios:

Unknown dijo...

Totalmente cierto. Un punto de vista muy interesante.

También mi experiencia personal confirma que las decisiones más dificiles de la vida se reducen a contestar "si" o "no".

Gonzalo G. Cotorruelo dijo...

Muchas gracias, Telémaco.

Es como lo que comentabas el otro día sobre el pescador... la decisión cláramente era "no", y la explicación muy sencilla: "ya hago lo que quiero hacer".