Promociones y la suposición de que todo el mundo tiene tiempo para actuar en consecuencia

Acabo de abrir un par de cartas de promociones. Una de mi gimnasio, que me promete un mes gratis si consigo que un amigo se apunte, y otra de Wanadoo, que me dice algo sobre que si activo la marcación directa, a mis amigos y familiares les saldrá gratis llamarme. Así que se supone que debo comenzar una ronda de llamadas a amigos y familiares para preguntarles si les apetece apuntarse a mi gimnasio o si tienen wanadoo para hablar gratis conmigo... qué locura!!!

Nosotros, la mayoría de clientes que reciben a diario estas cartas, no tenemos tiempo para dedicarnos a hacer prospecciones de mercado gratuitas para nuestros proveedores. Si coindice que un amigo se quiere apuntar a mi gimnasio, entonces genial, porque me saldrá un mes gratis, pero entonces yo no habré incitado a la compra... habrá sido cosa del destino. Lo mismo con lo de las llamadas de Wanadoo.

Lo que hay que hacer es conseguir clientes satisfechos que vendan tu compañía a todos sus amigos, conocidos, e incluso lectores de su blog (umm, no estaría mal idear una campaña para bloggers, porque aunque somos pocos, en ese tráfico fiel tendría mayor impacto que una carta... y mucho menos coste).

Mi gimnasio debería haber optado por no comenzar a cobrar el parking a partir del próximo mes, entonces tendría un cliente más satisfecho, que seguro que hablaba de él maravillas a mis amigos. Pero en vez de eso, han decidido lanzar este tipo de campaña, que sin duda les saldrá bastante más cara... su target son los cazadores de ofertas, no los clientes fieles.

Wanadoo debería haberme mandado un e-mail diciéndome qué número de los que me llaman son clientes suyos, y que con ellos ya puedo hablar gratis si me preasigno. Eso hubiera costado exactamente lo mismo (claro, suponiendo que tienen el CRM adecuado).

Pero bueno, como hay que gastar el presupuesto del año, pues a hacer promociones poco creativas... que total están asegurando que el año que viene cada departamento tendrá, al menos, la misma pasta para gastarse.