Hoy mucha gente me ha repetido lo mismo: "¡has pagado 200 dólares más por ansioso!". Y es que hace un mes me compré un iPhone en la tienda de la Quinta Avenida de Nueva York aprovechando que estaba allí de vacaciones.
Para los que no sepáis de qué va esta historia la resumo brevemente. Cuando salió al mercado el iPhone el 30 de Junio de este año, le pusieron un precio de 599 dólares, y ayer Steve Jobs decidió cambiarlo a $399... así que con algo más de dos meses en el mercado y casi 1 millón de móviles vendidos, Apple ha bajado el precio 200 dólares nada más y nada menos... y el tema ha traído tanta cola que el mismo Steve Jobs ha tenido que escribir una carta y ofrecer un regalo de 100 dólares para gastar en la tienda online de Apple a todos los clientes que pagaron el precio antiguo.
La verdad es que a mí me parece que una bajada de precios de un cacharro comercialmente tan fuerte es bueno para todos: la competencia tendrá que bajar los precios y apretar aún más a sus departamentos de desarrollo de producto, muchos más consumidores tendrán acceso a comprarse un iPhone, y además ¡qué leches, si esto de los ciclos de vida y de precios del producto es así siempre! Si te compras un coche puede que saquen el modelo nuevo antes de que te hayan entregado el tuyo, si te compras un móvil pueden sacar otro diferente al día siguiente y rebajar el anterior, si te compras un ordenador con un chip y Intel saca otro ese mismo día ya tienes un dinosaurio del pasado... y esto es todo así. ¿Cuál ha sido la diferencia entonces? Pues que en vez de tratarse de una bajada de precio por sacar un modelo nuevo, lo han hecho por temas de marketing (quizás no estén vendiendo al ritmo que esperaban o quieran darle aún más recorrido), pero el resultado es el mismo.
Pero bueno, al margen de esto, que ha sido comentado en todos los medios, lo que me llama la atención es el resultado:
1. Casi 1 millón de early adopters compran el iPhone
2. La amortización de parte de la inversión en I+D, publicidad, etc. hace que puedan reducir los costes.
3. Como los costes son menores pueden bajar el precio (ojo, seguro que no proporcionalmente, lo han bajado más de un 30%, pero seguro que un buen porcentaje).
4. Los clientes que han permitido esa amortizacións e quejan y son recompensados.
¿No sería éste un modelo curioso? Para que un producto (sobre todo en tecnología) necesitas early adopters que paguen más, amorticen las inversiones y vayan enseñando el maravilloso producto a sus amigos para que a ellos también les apetezca tenerlo... y una vez que el producto está en una fase de demanda masiva, recompensa a sus clientes iniciales parte del precio más caro que pagaron... de esta forma hay menos barreras a ser early adopters, pero claro, el producto tiene que funcionar, que es lo que ha pasado en este caso.
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