domingo, abril 16, 2006

Un día de primavera

Esta historia me ha encantado:

Un mendigo ciego se sentaba en las escaleras de un edificio con un sombrero a la altura de sus pies, en el que había unas pocas monedas y un cartel que rezaba:

"Soy ciego. Por favor, ayúdeme."

Un creativo de publicidad que pasaba por allí echó un par de monedas en el sombrero y, sin pedirle permiso, cambió el texto del cartel.

Unas horas después, el creativo volvió a pasar por allí, y el hombre ciego tenía el sombrero lleno de monedas. El mendigo le reconoció por el sonido de sus pasos, y le dijo:

"Disculpe, ¿ha sido usted quien ha cambiado el texto de mi cartel? ¿Podría decirme qué pone ahora?"

El creativo le respondió afirmativamente, y le dijo lo que ponía en el cartel:

"Hoy es un día de primavera, y no puedo ver".

La diferencia siempre está en el fondo, pero sin las formas muchos nunca lo llegaríamos a ver y hacer nuestro.

Vía Kimklaver

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente articulo.

Gonzalo G. Cotorruelo dijo...

Muchas gracias, pero el mérito no es mío ;-)

Anónimo dijo...

Pues menos mal que, afortunadamente, yo no soy ciega. Y lo he podido leer.....

[No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Y hasta que no se pierden las cosas, desgraciadamente, no se valoran.]

Pero es cierto, que hay que mirar el lado positivo...y el ciego tenía boca y orejas, para poder hablar, y sobre todo Escuchar.....


Yo también tengo boca y orejas... Así que, difundiré tu mensaje.

Saludos. Y enhorabuena por el Blog.

Turn up your red light.

Gonzalo G. Cotorruelo dijo...

Muchas gracias, Anónimo :-)