Percepción de Valor "Plug & Play"

Cuando adquirimos un producto o servicio, ha culminado una tarea importante, que es conseguir que un consumidor contrate o compre algo. Pero empieza otra mucho más importante, que es la que determinará que le guste, repita y hable maravillas de él: el reto la percepción de valor.

Desde que contratamos un producto comenzamos a disfrutarlo (teóricamente) y llegará un momento en el que tendremos que tomar la decisión de si lo compramos otra vez, el momento de la renovación.



El problema es que, en muchos casos, la percepción de valor está condicionada a que podamos comenzar a disfrutar de lo que hemos comprado, y muchas veces el comenzar a usar fácilmente algo tiene un coste de aprendizaje, por lo que no vemos valor en el primer momento.



Y claro, como no vemos valor desde el primer momento, pasarán unos cuantos segundos, minutos, horas, días o años hasta que lo encontramos... mientras tanto, en vez de valor positivo percibimos valor negativo, resultante de saber que hemos pagado por algo que nos costará mucho aprender a utilizar y tardaremos mucho en ver algo bueno de ello... mientras tanto, ya nos han quitado de nuestro bolsillo la constraprestación. Lo hemos dado todo y nos han dado algo que nos supone trabajo para poder llegar un día a disfrutarlo.

Puede que lleguemos a encontrar el valor o a cansarnos en nuestra búsqueda, todo depende del tiempo que estemos dispuestos a invertir... otro coste más.




Pero no siempre ocurre así, hay compañías que se aseguran de que no exista coste extraordinario, en que el valor de sus productos o servicios sea Plug & Play. ¿No es suficiente tener que decidir entre la gran catidad de productos y servicios que hay en el mercado, desplazarse para comprarlos y pagar unos cuantos euros que nos cuesta mucho ganar para que después no introduzcan más costes ocultos?

Cuanto más valor ofrezca tu producto o servicio desde el primer día, desde la primera hora, desde el primer minuto o desde el primer segundo, más posibilidades tienes de que cuando llegue la hora de la verdad, la próxima compra, tú seas el elegido. Y es que no podemos olvidarnos de que ésta podría ser la última vez.




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