El 80 - 20 de Pareto y sus aplicaciones
Vilfredo Pareto, profesor de Economía de la Universidad de Lausanne allá por el siglo pasado y cuyas contribuciones a la microeconomía son indudables, hizo una curiosa observación en 1906:
El 20% de la población posee el 80% de las propiedades en Italia
Años más tarde, Joseph M. Juran, uno de los
profesionales que más ha contribuido a la Gestión de
En muchos fenómenos, el 80% de las consecuencias son producidos por un 20% de las causas
Este principio es aplicable a múltiples campos, por ejemplo: el 20% de tus clientes generan el 80% de tus ingresos, o el 20% de la inversión en publicidad genera el 80% de tus ventas…
Desde la primera vez que escuché este principio me ha parecido interesante aplicarlo, en lo profesional y en lo personal. Hace tiempo leí un libro de Ethan M. Rasiel titulado The McKinsey Way, en el que contaba que el 80-20 era una de las principales reglas de la consultora a la hora realizar sus análisis. Por ejemplo, en casos en los que había que reducir costes se centraban en aquel 20% de los procesos que generaban el 80% de los costes, ya que una pequeña variación en los mismos podría significar grandes ahorros para el cliente.
Hoy he leído, vía LifeHacker un estracto de un libro de titulado “Learn to live the 80/20 way”, en el que se incluyen una serie de recomendaciones para hacer tu vida más productiva y feliz. Evidentemente se trata de uno de estos libros de autoayuda que dicen muchas cosas un tanto absurdas, pero, desde mi punto de vista, siempre se pueden sacar algunas ideas curiosas de ellos. De éste se pueden extraer algunas como la importancia de definir claramente unos objetivos en la vida de cada uno y actuar conforme a ellos, identificar aquellas actividades que más satisfacción nos producen e intentar limitar el tiempo que dedicamos a las que nos resultan menos gratificantes. Evidentemente todo esto es bastante obvio, pero ¿nos paramos a pensar en estas cosas?... muy pocas veces.
Todo esto me recuerda a una frase que también significa mucho para mí, y que me dijo mi primer jefe: “Vete al pollo del arroz con pollo”. Se refería a que le dedicara más tiempo a las estimaciones financieras de un plan de negocio que estaba preparando en aquel momento, y que la “paja” ya se rellenaría más adelante. También me lo decía cuando le estaba contando los resultados de un estudio y quería un resumen a muy alto nivel.
En el caso de este post, el “pollo” es ese 20% de causas que generan un 80% de las consecuencias... el arroz sería ese 80% que poco consigue.
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